El color de la piel humana está determinado por la cantidad y distribución de un pigmento llamado melanina. La melanina es producida por células llamadas melanocitos, que se encuentran en la capa más profunda de la epidermis, la capa exterior de la piel.
La producción de melanina está controlada por una serie de factores, como la genética, la exposición al sol, la edad y las hormonas. Cuando la piel se expone a la luz solar, los melanocitos producen más melanina como una forma de protección contra la radiación ultravioleta. Esto es lo que causa el bronceado de la piel después de la exposición al sol.
La melanina viene en dos formas: eumelanina y feomelanina. La eumelanina es el tipo más común y es responsable de la mayoría de los tonos de piel más oscuros, desde el marrón claro hasta el negro. La feomelanina es un pigmento rojo-amarillo y es responsable de los tonos de piel más claros y rosados.
La cantidad y distribución de melanina en la piel varía en diferentes partes del cuerpo y entre diferentes personas. Las personas con piel más oscura tienen una mayor cantidad de melanina y una distribución más uniforme que las personas con piel más clara.
Además de dar color a la piel, la melanina también es importante para la protección de la piel contra el daño causado por la exposición al sol. La melanina absorbe la radiación UV y protege el ADN de las células de la piel del daño causado por la radiación.
En resumen, el color de la piel humana es determinado por la cantidad y distribución de un pigmento llamado melanina, que es producido por células llamadas melanocitos en la capa más profunda de la epidermis. La cantidad y distribución de melanina varía en diferentes partes del cuerpo y entre diferentes personas, y es importante para la protección de la piel contra el daño causado por la exposición al sol.
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